martes, 5 de julio de 2011

Elogio de la brevedad

Muchos libros son, a veces, muy largos: exagerada e inútilmente largos.

Uf, ya queda dicho. Dejar constancia escrita de semejante herejía es, sin duda, la parte más difícil de esta entrada. Quepa en mi descargo la autoridad moral que confiere el hecho de haberme tragado volúmenes y volúmenes cuyo número de páginas ya era disuasorio aún antes de empezar a leerlos. (Hace años tenía siempre el empeño idiota de acabar todo libro que empezara, sin dejar pasar una línea. Con los años me he curado de ese hábito. Sólo Dios sabe el tiempo que me he ahorrado).

Un largometraje suele durar noventa minutos, un anuncio veinte segundos, una representación teatral en torno a dos horas, un soneto catorce versos exactos, y así con todo. Existen motivos para ello, tanto referidos a las exigencias de exhibidores, público y productores como a la costumbre o al tiempo máximo psicológico de atención, pero… ¿por qué las novelas (a ellas me refiero cuando digo “libros”) tienen una extensión tan variable? ¿Por qué nadie marcó un estándar -digamos unas trescientas páginas-, aún con las lógicas excepciones?

He llegado a sospechar que la industria editorial actúa como los pescaderos, que primero pesan la pieza entera para calcular el precio y, después, lo limpian y te entregan la parte útil con la única diferencia que, en el caso de las novelas, te entregan el exceso sin preguntar y, además, las páginas sobrantes no sirven ni siquiera para hacer un buen fumet. (Se de una obra muy conocida que incluye, junto a la historia, un manual de “bricomanía” explicando cómo construir una catedral de forma sencilla).

Por el contrario, sería ventajoso que los libreros experimentados obraran de este modo:

-¿”El clan del oso cavernario”? Excelente elección, lo acabamos de recibir, está fresco, fresco. A veinte euros. ¿Se lo limpio?
-Sí, por favor. Es para leer este verano.

Entonces y con una habilidad envidiable, el viejo librero, provisto de un cuchillo bien afilado, cortaría fragmentos de aquí y de allá y añadiría:

-¿El señor se llevará en bolsa aparte las minuciosas descripciones botánicas?
-No, muy amable, está bien así.

Y estaría bien. Aunque sólo fuera por las pobres estanterías, estaría bien.

Existe, sin embargo otra razón más sutil, pero antes de mi alegato, llamaré al estrado a dos testigos. El primer testimonio es de Borges, de quien son estas palabras:

“Desvarío laborioso y empobrecedor el de componer vastos libros; el de explayar en quinientas páginas una idea cuya perfecta exposición oral cabe en pocos minutos."

Claro. Borges no escribió una sola novela en toda su vida, únicamente poemas y relatos. ¿Cabe la posibilidad de que dijera eso por despecho? ¿Que no escribió libros extensos porque no sabía o no podía hacerlo?
Quizá nos lo aclare el segundo testigo: William Faulkner quien, aunque cultivó todos los géneros, ha pasado a la historia como uno de los mejores novelistas norteamericanos:

"Todo novelista quiere escribir poesía, descubre que no puede y a continuación intenta el cuento, y al volver a fracasar, y sólo entonces, se pone a escribir novelas."

Estoy de acuerdo. Pero, claro, hacer poesía “bien” es jugar en el patio de los mayores. No está al alcance de cualquiera.

En fin, que en literatura, como en todo, es más complicada la síntesis que la glosa y que, en los tiempos que corren, (descargas desde Internet, inmediatez, cambios en las costumbres, falta de tiempo…) más vale tomarse el tiempo de entregar el producto sin espinas.

Termino rescatando de la última novela de Montero Glez, “Pistola y cuchillo”, (una delicia de 125 páginas sin nada que le sobre o que falte), una copla de Camarón, de origen desconocido que encapsula en tan solo tres versos todo el universo de los antiguos amores rondados a través de las ventanas de Andalucía:

Una reja es una cárcel
con el carcelero dentro
y con el preso en la calle.


¿Cabe decir más con menos?

O, como dijo Juan Belmonte cuando su mozo de espadas le traslado una queja mayoritaria del público respecto a la brevedad de sus faenas, siendo estas tan perfectas: “Pues, si les ha gustado, que vengan mañana que toreo otra vez”.

7 comentarios:

  1. Requetebien elogiada la brevedad en la novela. suscribo cuanto dices. Es más, me tengo prohibido a mi mismidad leer novelas de más de 350 páginas (bueno, esto es un farol, nunca cuento las hojas, jeje). Pero vamos, que cuando voy a la biblioteca jamás ojeo un libro que sea gordo. Ya sé que es una tontería y algunos preguntarán: ¿y que más dá leer uno de 600 páginas que dos de 300? Pues no, claro que no es lo mismo, porque con el de 300 la tensión sé que finalizará en breve, y en el de 600 esa tensión (por bien construida que esté) termina por ser tediosa, porque uno se acostumbra a vivir en esa cima y ya se sabe que toda tensión -como toda ansiedad- tiene su pico, tras el cual uno ya no siente ni frío ni calor. No sé si me entiendes...
    (Jo, ya te metí en otro bucle...)
    Feliz verano, amigo.

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  2. Juan14:05

    Grandes verdades en este Elogio. Y además breve.
    Apoyo cuanto dices: ¿Qué hacemos con los latinajos de "El nombre de la rosa"? Al peso sale 1/4 del libro.
    Sin coñas, el formato elctrónico permitirá que los libros sean dinámicos, con versión "para ejecutivos" -resumen en 15 páginas para poder decir que lo has leido-, para eruditos -con descripciones extendidas y referencias cruzadas- para niños -con ilustraciones.... - incluso versiones con audio, no solo para invidentes.

    Tienes que poner un enlace al Facebook con el "Me gusta".
    GRACIAS.

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  3. Anónimo17:25

    Estoy de acuerdo con tu entrada, ¿por qué 500 cuando se puede con 100?

    No soporto las descripciones de Gala. Siempre recuerdo la de una mesa, creo que se pegó una página. Y cuando digo Gala, digo similares.

    Otro: La saga del Moccia (sí, me he leído dos puaf!) Dios bendito, ¿cómo se puede gastar tanto papel en esos tochos en los que no dice absolutamente nada? ¡500 páginas de verdadero masque! Lo suyo es un claro ejemplo de incontinencia verbal sinsentido. Creo que el tipo no se entera de lo que escribe porque algunos capítulos se le quedan colgados, o hechos.

    ¿Y qué pasa con aquellos que se supone son "clásicos" y no te entran ni a la de tres? Ejemplo: Últimas tardes con Teresa. Lo he cogido dos veces y lo he soltado. Creía que era yo o el momento de leerlo así que lo pasé a una colega que tras finalizarlo declaró: Pesado. Respiré aliviada, no soy yo; es el libro. Aún así, le voy a dar una tercera oportunidad.

    Otros: A quien ya no le doy más es a tu Auster y al Baricco. Me provocan claustrofobia.

    Y uno: La sombra del viento. Me entró a la tercera por pura cabezonería y cuando lo terminé flipé. El tipo se pasa toda la historia con el rollo que hay entre los protas (al menos es lo que me mantuvo en vilo, ver qué coño pasaba con ellos, que había ocurrido...)y te suelta que eran hermanos (creo recordar) como quien no quiere la cosa, en dos o tres líneas y a otra cosa mariposa, ¿es una quedada?, ¿andas todo el puto libro con esa trama y luego lo sueltas como de pasada y sigues de largo?

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  4. "...toda tensión -como toda ansiedad- tiene su pico, tras el cual uno ya no siente ni frío ni calor. No sé si me entiendes..."

    Claro que te entiendo. Qué frase tan buena, Celsa, me la apunto.

    Hola Juan, estoy de acuerdo. Todo cambia y, estoy convencido, la literatura lo hará también. Y será para bien. (El libro que me regalaste es precioso. Y breve. ¡Gracias!)

    Hola "Anónima", me alegro de verte por aquí (Eres la anónima menos anónima que conozco)
    Como imaginarás, estoy de acuerdo contigo, menos con el "tema Auster", que le vamos a hacer. cebollona de mis entretelas.

    Gracias por visitar.

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  5. Anónimo9:29

    He acabado de Pasionaria y de Jesús Monzón hasta el moñete. ¡Cuanta razón en tus palabras!El caso es que tu ya lo sabes, pero era por dejar constancia.
    La Grandes se está forrandoy amenaza con otros seis. ¡Ay!
    Loreto

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  6. Gracias Loreto. ¡Seis más! No te queda mili.

    Un beso.

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  7. tupendo
    http://muuficom.tumblr.com/post/9500705587/img-1649-by-jordiet-on-flickr-una-reja-es-una

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