miércoles, 8 de febrero de 2012

Creer en fantasmas


La anécdota es muy conocida en la familia y mil veces referida. Corría el año 1946 y un aneurisma se llevó a la tumba a la abuela cuando mi madre sólo contaba con cinco años. Al día siguiente, mientras se celebraba el entierro, la niña se quedó en casa con la criada mientras la familia cumplía el doloroso trámite de dar tierra a la difunta.
Al regresar, mi abuelo besó a su hija y no supo cómo narrarle esa pérdida, asustado por pensar que, siendo tan pequeña, era lo suficientemente mayor para sufrir pero no tanto como para afrontarlo.

La reacción de mi madre fue sorprendente y aterradora. Eso no es verdad, papá: mamá ha estado aquí esta tarde y ha venido a acariciarme vestida de azul y con todos los anillos puestos.
Y ese era justo el modo en el que fue amortajada.

Mi madre siempre recordó aquel suceso y nos lo contó muchas veces tal y como lo relato yo ahora. Sin embargo siempre se ocupó de añadir, con un escepticismo despreocupado y sincero, que ella no creía en fantasmas.

Y la muy tozuda aún lo sigue diciendo, tanto tiempo después, a pesar de que ya lleva muerta desde hace muchísimos años.

8 comentarios:

  1. Anónimo23:33

    ¡qué bueno! no me esperaba ese final, chico.

    (una H se dio a la fuga en "mamá Ha estado..."

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  2. Muchas gracias Anónima.

    He capturado a la H y la he devuelto a su lugar. Mira que son estas letras..., no hay quien haga carrera de ellas.

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  3. ¡Hombre! ¡EstepenKin is back!

    Mira que se te dan bien estos relatillos cortos de estremecimiento largo (además de muchas otras cosas, claro).

    Me encanta la niña cuando dice de su madre muerta, que estuvo a verla "con todos los anillos puestos".

    Por cierto, recuerdo un relato de este tipo que creo que no está en el blog, y que es pa'cagarse de miedo. Jejeje, ahora te dejaré pensando en cuál puede ser.

    Un abrazo.
    Ocelote

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    1. no me das miedo. Solo me lo recuerdas. Tramposo.

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  4. perdón era para Qwerty y me he metido donde no quería.

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  5. Hola Ocelote. Llevo todo este tiempo pensando en cúal será ese relato del que hablas. Ese es el motivo por el que no he escrito desde entonces. :)

    Muufi, eso es. El miedo siempre está ahí y mi trampa es recordártelo.

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  6. "... era lo suficientemente mayor para sufrir pero no tanto como para afrontarlo... La historia es de tu madre, pero esta frase seguro que la has puesto tú en la cabeza del abuelo.
    Muy bueno.

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  7. Sí. Y me sorprende la cantidad de veces que pongo palabras en la cabeza de mi abuelo o de mi padre, supongo que es la contrapartida por la cantidad de veces que ellos pusieron palabras en la mía. Sólo saldo una deuda.

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